Terapia Biodinámica Craneosacral. La Inteligencia de la Salud en acción.

La Terapia Biodinámica Craneosacral es un sistema terapéutico corporal muy sutil, no invasivo y delicado, siendo en la actualidad una técnica de prevención, diagnóstico y tratamiento en sí misma y que está en constante evolución. Combina técnicas científicas con intuición y sensibilidad. El Instituto de Biodinámica Craneosacral de Chile está dedicado a la difusión de esta terapia a través de formaciones profesionales completas, cursos introductorios y sesiones tanto individuales como de familia.

Como técnica nace de la Osteopatía, su creador fue el Dr. William Garner Sutherland (1873-1954). Siendo un extraordinario investigador pudo observar que el cráneo no era una cavidad de partes fusionadas en la niñez, sino que era un ensamblaje perfecto con suturas y forámenes diseñados para permitir cierto movimiento. Conclusiones a la que llegó luego de realizar una serie de experimentos -durante los años 20 del siglo pasado-en su propia cabeza, para impedir o alterar esos posibles movimientos, comprobando que experimentaba una serie de trastornos físicos, emocionales y cognitivos en su organismo. Comenzó a determinar así la importante relación entre las dinámicas craneales y el resto de las funciones del cuerpo humano.

Desarrolló un sistema de diagnóstico y tratamiento, que llamó Osteopatía Craneal, Durante esta etapa su orientación era biomecánica que es en lo que se basa la Terapia Craneosacral. Su trabajo estaba basado en los huesos craneales, el sistema de membranas subyacentes, en el sistema nervioso, la fluctuación del fluido cerebroespinal, las dinámicas entre sacro y pelvis.

Respiración Primaria, es el nombre que le dio a los movimientos sutiles e involuntarios -que comprobó que ocurrían tanto en los huesos del cráneo como en el resto de estructuras y sistemas del cuerpo humano. Aplicaba suaves ajustes a las estructura con la intención de recuperar la expresión libre de los movimientos.

En sus últimos 10 años de vida, Sutherland dio un importante vuelco a su trabajo, se dio cuenta que no había agentes musculares que fueran responsables de los movimientos del sistema craneosacral. Había concluido que el origen estos movimientos eran producidos por una fuerza inherente al propio cuerpo, que él denominó Aliento de Vida, y que lo describió como una Potencia Inteligente que transporta la matriz original de la salud a todo nuestro sistema. Algo supremo que no está desvinculado de las fuerzas ordenantes universales, y que sustentan la anatomofisiología, la forma y la función de nuestro cuerpo; una misteriosa Inteligencia expresándose desde nuestra concepción y luego en el embrión, como movimiento y desarrollo celular que da origen a nuestro cuerpo y que se mantiene vigente durante nuestra vida, que tiene funciones terapéuticas inherentes.

En esta etapa, su trabajo adquirió una orientación biodinámica, ya no se basaba en los movimientos sino en lo que subyace a ellos, la Potencia y su manifestación como mareas que se pueden percibir como lentas olas de expansión que ascienden y descienden, y que también van desde el centro de nuestro sistema hacia la periferia, para volver de nuevo al centro. Había establecido los fundamentos de la Biodinámica Craneosacral.

Cuando entramos en relación con elementos patógenos, accidentes o traumas (físico, psicológico o emocional), nos aproximamos a la enfermedad. Cada persona tiene unos recursos inherentes, para poder hacer frente a estas experiencias, pero hay sucesos que tienen una duración demasiado larga, o algo ocurre sin darnos el tiempo para prepararnos, o bien es tan fuerte que nos desborda. Esto puede interferir con las expresiones de la matriz original de la salud pero no la elimina.

Como terapeutas biodinámicos aprendemos a reconocer las expresiones de la matriz original de la salud en nosotros mismos y en los demás. Utilizamos técnicas de tacto sutil y sensibilidad, orientados a los recursos inherentes de salud en nuestro propio sistema y desde un lugar de escucha neutral y con profundo respeto por su proceso, entramos en contacto con el sistema de la persona que acompañamos dejando de lado nuestros juicios y expectativas, nos quitamos del medio para dejar paso a la acción de la Inteligencia de la Salud.

Durante la sesión, a través del contacto en diferentes partes del cuerpo, asentados en nuestros propios recursos acogemos a la persona en su totalidad. Esta orientación no cesa durante toda la sesión y es crucial para el proceso de sanación, sin perder la conciencia de las estructuras corporales y sus funciones, así como nuestro estado perceptivo y el de la persona que acompañamos, confiando que la Salud es una orientación natural del sistema.

La Respiración Primaria se puede palpar en cada una de las estructuras corporales que están conectadas como una unidad. Podemos diferenciar, con el entrenamiento adecuado, los distintos ritmos que se están expresando en las estructuras y en todo el sistema tanto cuando la tensión está más en primer plano como cuando es la Salud la que está operando.

Craneosacral Biodinámico pone de relieve la potencia sanadora inherente al ser humano, enfatizando el uso de la misma como medio terapéutico, apoyando su expresión para la recuperación de la salud. Es la salud inherente la que puede lleva al sistema desde un estado inicial organizado alrededor de la tensión o enfermedad a un nuevo estado reorganizado en torno a la salud.