Existen distintas aproximaciones en el trabajo craneosacral. El modelo Biodinámico con el que trabajamos está basado en el reconocimiento de las fuerzas vitales en acción existentes en el sistema humano, que no están separadas de las fuerzas creadoras universales.
A estas fuerzas, William G. Sutherland (1873-1954) doctor en Osteopatía, les dio el nombre de Aliento de Vida. El Aliento de Vida genera una Potencia creadora que se manifiesta en el ser humano desde el momento de la concepción, desplegando todas sus intenciones de maravillosa creatividad, expresadas como movimiento y desarrollo celular embrionario, manteniéndose activa durante toda la vida sin excepción.
Para comprender los fundamentos de la Biodinámica Craneosacral es necesario dar una breve mirada a su historia.
Una mirada hacia la Osteopatía
Los orígenes de la Terapia Biodinámica Craneosacral están ligados a los de la Osteopatía.Su desarrollo comienza a partir de los descubrimientos de William G. Sutherland, quien se formó con Andrew Taylor Still (1828-1917).
Still, doctor en medicina y creador de la Osteopatía en 1884, realizó profundas y amplias investigaciones que lo llevaron a elaborar un nuevo concepto del cuerpo humano y una nueva forma de tratarlo.
Fue estableciendo la relación directa entre estructura y función. Sus técnicas de tratamiento incluían suaves presiones en los huesos craneales, correcciones en las estructuras óseas y articulaciones y movilización del tejido muscular, entre otras.
Desarrolló una serie de técnicas con el objeto de liberar con suavidad las obstrucciones mecánicas sobre el flujo libre de sangre, de linfa y del fluido cerebro espinal, que él consideraba que eran la base de toda función fisiológica».
“El fluido cerebro espinal (FCE) es el elemento conocido más elevado
contenido en el cuerpo humano»
A.T.Still
Adentrándonos en la Osteopatía Craneal
Durante los años 20′ del siglo pasado, William G. Sutherland puso su mirada en los huesos del cráneo, en sus suturas y forámenes.
Había aprendido que los huesos del cráneo de un adulto se fusionaban y que no tenían la propiedad de movimiento alguno. Pero la observación de la forma en que se ensamblan estas estructuras óseas le hizo pensar que estaban diseñadas para tener una posibilidad de movimiento.
Realizó una serie de experimentos para impedir o alterar esos posibles movimientos de estos huesos del cráneo y pudo observar que se generaban una serie de trastornos físicos, emocionales y cognitivos en el organismo, empezaba a determinar la importante relación entre las dinámicas craneales y el resto de las funciones del cuerpo humano.
Concluyó que contrariamente a lo que había aprendido, las suturas craneales y por tanto los huesos asociados, conservaban un movimiento microscópico durante toda la vida. Así creó el modelo de trabajo osteopático en el campo craneal.
El Fluido Cerebro Espinal (FCE)
Ya en los años 30′ profundizó en su trabajo con la fluctuación del FCE (el cual nutre, protege y rodea todo nuestro sistema nervioso central), las membranas que lo contienen y la conexión a través de ellas entre el cráneo y el sacro. Averiguó que la fluctuación del FCE transmitía una pulsación sutil a estas estructuras, permitiendo el movimiento involuntario de los huesos craneales y del sacro entre los ilíacos.
A estos movimientos sutiles e involuntarios, como olas de expansión que ascienden y descienden y van desde el centro a la periferia para luego volver al centro, les llamó Respiración Primaria (RP).
Esta era una etapa en que su trabajo tenía una orientación biomecánica tanto por el lenguaje que utilizaba para describir los movimientos como por las técnicas de evaluación y tratamiento. Aquí el practicante debía ejercer determinadas acciones sobre el cráneo, aunque con suavidad, con una intención de hacer correcciones.
Sobre los años 40 se forma el primer grupo de estudio y desde la Academia de Osteopatía Aplicada se crea una comisión encargada de estudiar y desarrollar el concepto craneal, siendo en 1944 cuando se realiza el primer curso como postgrado de Osteopatía Craneal.
El Aliento de Vida
En sus últimos 10 años de vida, el doctor Sutherland llegó a darse cuenta que no había agentes musculares que fueran responsables de los movimientos del sistema craneosacral. Concluyó que estos este movimientos eran producidos por la fuerza de vida inherente al propio cuerpo, que él denominó Aliento de Vida.
Lo describió como una Potencia Inteligente que transporta la matriz original de salud a todo nuestro sistema, hasta en las condiciones de más fragilidad o enfermedad e incluso durante el estado terminal y proceso de muerte.
Un paso hacia la Biodinámica
Su orientación biomecánica fue quedando atrás dando paso a una nueva forma de tratamiento, pasó de aplicar fuerzas externas (manipulaciones) a colaborar con las fuerzas inherentes que están por debajo de todo síntoma y que llevan en sí la directriz del proceso terapéutico.
Describió que cuando el Aliento de Vida se expresa a si mismo a través de la RP, genera unos movimientos rítmicos similares a las mareas donde el cuerpo se comporta como una sola unidad de presencia viva. Había establecido las bases del modelo biodinámico en el campo craneosacral.
Hasta su muerte a los 81 años de edad, Sutherland abrió caminos a la constante evolución de este nuevo concepto y del trabajo en el área craneal.
En el año 53′ se crea la Sutherland Cranial Teaching Foundation, (Fundación Sutherland para la Enseñanza Craneal), independiente de cualquier asociación osteopática ya existente.
Rollin Becker (1919-1996), alumno de Sutherland, continuó investigando y durante los años 60 publica una serie de artículos plasmando su visión que se mantiene muy vigente al día de hoy. Introduce el término Potencia Biodinámica, un concepto nuevo sobre el potencial de salud inherente dentro de cada lesión y que describe la función terapéutica existente dentro del mecanismo de la RP.
Conectando con la etapa embrionaria
James S. Jealous (1943-), médico osteópata, es una de las personas que más han expandido los descubrimientos de Sutherland hacia la embriología. Rescató la conclusión del embriólogo alemán, el Dr. Erich Bleschsmid, donde divulgaba que la función embrionaria (movimiento del fluido) es lo que crea la forma y precede a la estructura. Describe que los movimientos en el campo metabólico del embrión en desarrollo culminan con la formación de la estructura del organismo adulto. Percibía que esta actividad del campo metabólico se desplegaba desde la base misma de donde surgía la vida de la célula y producía los distintos patrones de movimiento.
Como gran estudioso del trabajo de Sutherland, Jealous veía que estos patrones de movimiento embrionario eran idénticos a los patrones de movimiento observados y descritos por Sutherland, introduciendo así el concepto del embrión como una presencia permanente en el organismo vivo; esto es decir que las fuerzas formativas y regeneradoras de los fluidos que organizan el desarrollo embriológico, están siempre disponibles a lo largo de toda nuestra vida para que podamos cooperar en el aprovechamiento de su potencial terapéutico.
Las fuerzas que impulsan el desarrollo del embrión son las mismas fuerzas de sanación que operan después del nacimiento, es el Aliento de Vida que se expresa en la RP y sus potencias ordenadoras.
La Terapia Craneosacral en nuestros días
En los años 70 el Dr. John Upledger (1932-2012) creó en Estados Unidos la Terapia Craneosacral con una visión biomecánica de evaluación y tratamiento. Fundador del Upledger Institute fue el primero en enseñar alguno de estos métodos terapéuticos a grupos sin formación osteopática previa y contribuyó a que el trabajo craneosacral sea conocido por el gran público. Llegó a crear una clínica que sigue en funcionamiento en la actualidad en la que se aplica la Terapia Craneosacral y otros enfoques naturales de tratamiento en programas intensivos.
Es Franklyn Sills quien a comienzos de los 90 establece el nombre de Terapia Craneosacral Biodinámica o Biodinámica Craneosacral inspirado en el concepto de Rollin E. Becker: Potencia Biodinámica.
Sills lleva el enfoque biodinámico más allá del ámbito de la Osteopatía. Adopta los principios fundamentales del trabajo biodinámico que pone énfasis en la orientación a las fuerzas universales de vida que están siempre en operación; la cooperación con la potencia toma un lugar central en la actitud del practicante, permitiendo que el proceso terapéutico sea impulsado desde el interior del sistema del paciente en el contexto de las relaciones entre la RP, las estructuras y las funciones del organismo, considerando al ser humano como una expresión de la totalidad en la vida.
Introduce al trabajo biodinámico el concepto de marea media, como una expresión de la potencia en el campo de los fluidos. Su acción en este nivel es la de ordenar y mantener las células y los tejidos, teniendo la capacidad de mantener el equilibrio fisiológico. Otro término presentado por Sills es el cambio holístico, como un proceso de reorientación que se produce en el sistema de la persona desde las condiciones presentes de tensión hacia la expresión de la RP y la Totalidad.
Franklyn Sills es co-fundador de Karuna Institute, centro dedicado a la terapia, divulgación y formación de la Biodinámica Craneosacral en Inglaterra.
El trabajo craneosacral biodinámico sigue expandiéndose a través de las aportaciones en este campo de muchas personas entre las que se cuentan Michael Shea, Paul Vick, quienes han desarrollado sus propios enfoques, Michael Kern y Harold Magoun.
La creación del Instituto Biodinámica Craneosacral de Chile ha estado profundamente inspirado en el trabajo de Bhadrena C. Tschumi Gemin fundadora del International Institute for Craneosacral Balancing y de Cristina Ratti fundadora del Instituto Español de Biodinámica Craneosacral.