Sobre la Vinculación saludable

Nuestra fascinación por la conexión entre madre e hijo y en lo que facilita esta conexión, nos llevó a realizar la primera formación en terapia pre y perinatal que Ray Castellino ofreció en España (su 11ª formación profesional). Estamos profundamente agradecidos a nuestros profesores de la Formación Castellino, Ray Castellino, Tara Blasco, Mary Jackson y a Cristina Ratti, directora del Instituto Español de Biodinámica Craneosacral por su trabajo, dedicación y el valioso material que nos han compartido y del cual extraemos apuntes para esta nota.

El desarrollo del bebé y del niño desde el vientre materno es un campo de estudio en expansión. Las recientes investigaciones en la experiencia de la vinculación nos están dando muchos entendimientos en cómo se forma y lo importante que son nuestras experiencias tempranas en la vida ya que son las que, en gran medida, moldean quienes somos como adultos. Durante los primeros meses de vida comenzamos a establecer el estilo personal de cómo vamos a entrar en contacto con la vida y también hacemos un aprendizaje que condicionará la forma de relacionarnos de adultos con nuestros hijos, parejas, amigos o en las relaciones laborales, repitiendo patrones que están instalados en nuestro sistema nervioso.

En la medida que los padres establecen vínculos seguros con sus hijos e hijas éstos tendrán la posibilidad de acceder a su capacidad innata de autorregularse y desarrollarse saludablemente.

Pero que es esto del vínculo? De que trata el apego?mandala bebé

El término vinculación fue popularizado por Kennel y Klaus en sus investigaciones sobre los recién nacidos inmediatamente después del parto. Usaron vinculación para referirse a la «inversión emocional de los padres en el niño» y usaron apego para referirse al lazo que desarrolla el niño hacia sus padres. En sí, estamos hablando de lo que los padres y los bebés necesitan hacer para crear la unión sobre la que se asiente su relación.

El término apego suele atribuirse a John Bowlby. En su libro Attachment (1969) lo describe como «las conductas de conexión que se activan en el niño que lo mantienen en la proximidad de su madre y para restaurar dicha proximidad si ésta se ha visto obstaculizada». Bowlby y Ainsworth desarrollaron el concepto de vínculo y apego y lo definen como «una característica del individuo, no de la relación; es a largo plazo y específico hacia otras personas (generalmente de la madre hacia el niño), es emocionalmente significativo y produce en el niño el deseo de estar con esa persona, de buscar comodidad y seguridad en ella y le produce inquietud cuando se da una separación involuntaria de la misma».

Alan Sroufe (1995) de la Universidad de Minnesota, conceptualizó la vinculación como una forma dual de regulación de la emoción: como el niño aprende finalmente a regular sus emociones depende fuertemente de como el cuidador/a regula sus propias emociones.

559488_461622077213250_377720622_nEdward Tronick (1989) de la Universidad de Massachussets se refiere a la vinculación y apego como «al proceso mediante el cual el cuidador afecta al niño y el niño afecta al cuidador, lo llamó regulación mutua«, concepto que se ajusta al de resonancia armónica utilizado en Biodinámica Craneosacral, sintonía necesaria para la vinculación y el apego saludables.

Allan Schore (2003), describe la neurociencia de la vinculación y cómo el cerebro del niño y los de los padres interactúan. Escribió en profundidad acerca de la neurobiología de la mente en desarrollo durante los tres primeros años de vida y de cómo los procesos de la parte derecha del cerebro se encuentran involucrados en la vinculación y en el desarrollo del sí mismo. También explica desde su perspectiva cómo los cuidadores pueden llevar a crear patrones mentales, emocionales y de vinculación irregulares en la infancia y que se sostienen más tarde, en la vida adulta.

Justo después del nacimiento, hay un momento que es fundamental para el establecimiento de la vinculación y apego, y como reflejaron Kennel y Klaus, «durante el período cr´ticio después del parto tienen lugar una cadena de milagros químicos que llevan a la madre y al bebé a establecer un estado de embelesamiento básico para el desarrollo del vínculo afectivo»; el milagro de la oxitocina podríamos decir.

1003108_10151445830015965_1620511841_nCada vez más familias toman responsabilidad de su embarazo y se instruyen para preparar un plan de parto respetuoso para la mujer, la pareja y el bebé por nacer. También cada vez más encontramos profesionales de la salud que acogen este empoderamiento y también aprenden técnicas para acompañar con una mirada más global del proceso de parto y nacimiento. Aunque queda mucho aún por hacer en el ámbito de la gestación y nacimiento, ya estamos viendo un cambio hacia un acompañamiento más humano y respetuoso.

Si bien el nacimiento de un bebé es una experiencia intensa tanto para las madres como para los bebés, ambos están preparados fisiológicamente para pasar por esta experiencia y necesitan que sus ritmos naturales sean apoyados y respetados de principio a fin.

El estrés y la tensión emocional presentes en gran medida por los procedimientos médicos rutinarios  durante el nacimiento (muchas veces innecesarios), alteran el proceso de vinculación saludables y pueden tener un efecto traumático duradero tanto en los bebés como en su familia, a menos que se sanen.

Tara Blasco, Dra. en psicología pre y perinatal, señala en “Cómo ayudar a tu Bebé cuando su nacimiento fue traumático” que muchos aspectos del recién nacido pueden quedar afectados por el trauma experimentado durante el nacimiento tales como el desarrollo cerebral, las capacidades de aprendizaje, la estabilidad emocional, un sistema nervioso alterado, la coordinación física o la autoestima. Esta mirada está suficientemente respaldada por los estudios en el campo de la Psicología Pre y Perinatal (Chamberlain, Verny, Emerson, Castellino). Muchos estudios muestran que el 80% de los bebés sufren cierto grado de trauma natal, que puede ir de moderado a severo (Frymann 1966; sllittlebigib7Emerson 1992).

Si los lazos entre el niño y sus padres o cuidador significativo son interferidos o no se desarrollan de un modo seguro y coherente, posiblemente se creará un estilo de vinculación irregular que pueden influenciar la habilidad de la persona para establecer un sentido coherente de si mismo, y para construir relaciones completas y satisfactorias en su vida posterior.

De una u otra forma todos nos vinculamos cuando fuimos niños, y por tanto establecimos relaciones interpersonales ayudando así a nuestro cerebro, cuando era todavía inmaduro, a usar las funciones maduras de nuestros cuidadores para organizar nuestros propios procesos. Del mismo modo como adultos debemos proporcionar apoyo a los niños para reducir las emociones perturbadoras como el miedo, la ansiedad o tristeza, permitiéndoles sentirse confortados en un marco de seguridad cuando están alterados.

El estilo de vinculación temprana configura las interacciones de los niños con sus iguales, su sentido de la seguridad en cuanto a explorar el mundo, su capacidad de manejarse con el estrés, su habilidad para equilibrar sus emociones y su capacidad para crear relaciones interpersonales significativas en el futuro. Tener esta base o carecer de ella, lo afecta todo, desde el éxito en la escuela hasta la habilidad para formar amistades. La autoestima, las habilidades sociales, la inteligencia emocional, in)cluso a quién escogemos como compañer@ de vida, puede ser consecuencia de la vinculación (Siegel y Hartzell, 2004).

La epigenética nos está mostrando que estamos influenciados por la historia de nuestros ancestros, incluso cuestiones y patrones inconscientes que hemos incorporado como imágenes de quienes somos. Los padres tienen que lidiar con su ser individual, con su propia historia de vida y con procesos y comportamientos generacionales. Es por esto que es muy beneficioso que puedan realizar un trabajo especializado para resolver estos temas de su propia historia incluso antes que hayan concebido a un nuevo ser, para que no transfieran parte de su historia como un impronta limitante. Realmente es un campo extraordinario que nos muestra y nos da la oportunidad de revertir estas influencias en las generaciones futuras.

Algunos de los factores que pueden actuar como interferencias negativas en este proceso son:

  • Patrones de vinculación no saludables en los padres
  • Traumas y tensiones durante el embarazo
  • Partos programados (incluso los que a veces son necesarios
  • Uso de químicos y elementos mecánicos durante el parto (oxitocina artificial, anestesias, forceps, ventosas), así como alcohol, tabaco u otras drogas durante la concepción y gestación.
  • Tensión ambiental durante el nacimiento: ritmos acelerados, ambientes ruidosos
  • Separación del bebé de la madre después de nacer
  • Dificultades para agarrar el pezón, de succión o falta de apoyo para que el bebé busque el pezón por sí mismo al nacer, apoyando el reflejo de arrastre
  • Sufrimiento fetal
  • Ausencia de conexión de los padres durante el embarazo, nacimiento o después del nacimiento
  • Corte prematuro del cordón umbilical
  • Cesáreas (pocas veces son necesarias)

Lo que ocurre con el trauma es que tiende a desconectarnos del cuerpo. En nuestras experiencias traumáticas tempranas y como estrategia de supervivencia nos disociamos internamente del acontecimiento o del entorno, pero también de nosotros mismos.

El Dr. Ray Castellino en su libro “How babies heal. An Introducction to Somatotropic Therapy” ha descrito los siguientes signos que indican que un bebé / niño, puede estar experimentando los efectos de traumas de nacimiento:

  • Cólicos
  • Dificultades para amamantar/alimentarse
  • Dificultad para establecer contacto ocular
  • Llanto constante, débil o ausente
  • Trastornos del sueño
  • Llanto incontrolable o sin causa aparente
  • Hipersensibilidad al acercamiento o al contacto directo
  • Deseo de no ser tomado en brazos
  • Quedarse dormido cuando algo lo abruma
  • Incapacidad para agarrar cosas con las manos
  • Arqueo de la espalda
  • Falta de coordinación en los ojos o no poder fijarlos
  • Dificultad para orientarse
  • Se disgusta fácilmente cuando conoce personas nuevas o se halla en un nuevo entorno
  • Demasiada tensión muscular o demasiada poca
  • Se asusta o sorprende fácilmente ante el sonido o el movimiento
  • Movimientos incontrolados de brazos, piernas y cabeza
  • Manos abiertas o tensas

Resolviendo temas de vinculación irregular

Unos de los aspectos del trabajo que ofrece el Instituto de Biodinámica Craneosacral de Chile (aparte de las formaciones profesionales y sesiones individuales de Biodinámica Craneosacral) tiene que ver con la reparación de los traumas de nacimiento y de las formas de vinculación no saludables en bebés, niños, adultos y familias.

Cuando llegamos a entender como adultos, nuestros modelos tempranos de vinculación, en un entorno saludable y con herramientas que faciliten la reconexión con los recursos inherentes, comenzamos a sanar las huellas tempranas que forman la estructura limitante del ego, y de esa manera empezamos a estar más en contacto con nuestro Ser auténtico que es la base que nos permite establecer relaciones satisfactorias en todos los ámbitos.

En nuestro trabajo acompañamos a las personas para que tengan una experiencia sentida de cómo es estar en su cuerpo con apoyo. Les apoyamos a que se sientan seguros para que el sistema nervioso se asiente y que la salud se coloque en primer plano, percibiendo sensaciones y conexiones de todo su organismo accediendo a más coherencia en su sistema.

 

Taller de Vínculo y Apego

img_4555En el taller usamos los principios del trabajo en terapia Pre y Peri Natal de Ray Castellino, quién desde finales de los 80’ realiza un trabajo en este área. Colaboró estrechamente con William Emerson, padre de la psicología pre y perinatal y Franklyn Sills, pionero en el desarrollo de la terapia Biodinámica Craneosacral, y exploraron la experiencia del bebé durante la gestación y el nacimiento. Ray Castellino ha desarrollado una aproximación única a la curación mediante la creación de una serie de nociones que él denomina “Principios”. Esta metodología es parte fundamental del trabajo con familias, adultos, niños, bebés y de las experiencias terapéuticas de pequeños grupos que denominó Womb Surround Process. La influencia del fundador de la terapia de polaridad, Randolph Stone, la psicología de Alfred Adler y el trabajo de resolución del trauma de Peter Levine, complementan la mirada singular de su aproximación terapéutica.

En el taller de Vínculo y Apego Saludables que ofrece el Instituto de Biodinámica Craneosacral de Chile exploramos por una parte, nuestros estilos personales de vinculación, y por otra, distintos métodos para acceder a nuestra Salud y así abrir vías de entendimiento que permiten diferenciarnos de la historia temprana y crear el espacio para que surjan estilos de vinculación saludables. La Salud es una expresión de un principio universal y de la esencia de la humanidad en nuestro cuerpo. Subyace a la historia personal, nunca se pierde y está siempre presente. Es independiente de las perspectivas aprendidas tempranamente que nos llevaron a crear una autoimagen diferente a la imagen que puede surgir desde el Ser. Es a través de esta Salud que accedemos a los recursos que nos permiten manifestarnos plenamente.

“Lo más importante que un padre puede hacer, si miramos a la investigación, es entenderse a sí mismo. La investigación muestra claramente que la autocomprensión y el estar abiertos a las propias sensaciones y las sensaciones de los hijos, es el mejor instrumento en la vinculación del niño.»

 Dr. Daniel Siegel

Manam y Jordi Puertas

Instituto de Biodinámica Craneosacral de Chile

craneosacralbiodinamico@gmail.com